Cuatro exministros de Asuntos Exteriores destacan el espíritu mediador de S.M. el Rey D. Juan Carlos

Javier Solana, Josep Piqué Camps, Miguel Ángel Moratinos y José Manuel García-Margallo califican como clave el papel del Monarca en las buenas relaciones internacionales

Madrid, 13 de junio de 2017 – A lo largo de sus 40 años como Jefe de Estado, S.M. el Rey D. Juan Carlos cumplió un papel fundamental en el buen desarrollo de la política exterior de nuestro país, tal y como determinaron ayer los exministros de Asuntos Exteriores Javier Solana (1992-1995), Josep Piqué Camps (2000-2002), Miguel Ángel Moratinos (2004-2010) y José Manuel García-Margallo (2011-2016).

Los cuatro participaron en la Tribuna “La Corona en la política exterior de España” organizada por la Asociación de Periodistas Europeos junto a Diálogo y la Fundación Carlos de Amberes, donde analizaron el papel de la monarquía y más concretamente de S.M. el Rey D. Juan Carlos como referencia esencial del conocimiento y reconocimiento internacional sobre España. Miguel Ángel Aguilar, Secretario General de la Asociación de Periodistas Europeos, fue el encargado de moderar el encuentro.

“Sobre el Rey D. Juan Carlos no puedo más que decir cosas buenas”. Así de tajante inició su intervención Javier Solana, quien conoció personalmente a Su Majestad antes de las elecciones de 1975, en la que fue la primera reunión oficial del monarca con el PSOE y en la que también participó Felipe González.

Gracias a su papel de mediador y catalizador son muchos los acontecimientos en los que la intervención del Rey Juan Carlos ha sido fundamental. De entre ellos, Solana destaca el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel en el año 1986, cuando España era el único país de Europa que aún no las tenía. “Fue una operación complicadísima, donde el Rey tuvo que hacer maravillas y que finalmente salió muy bien”, asegura Solana. También considera fundamental la labor del monarca en la entrada en la Unión Europa y la OTAN, y en el éxito de la Exposición Universal de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona y la II Cumbre Iberoamericana, entre otros.

Por su parte, Josep Piqué indicó que hay que recordar el reinado de Juan Carlos I en su globalidad, cuyo balance es profundamente positivo. Enfatizó, asimismo, la capacidad de enorme adaptación en política exterior del papel de la Corona a la continua evolución del mundo, de Europa y de España en su papel en el concierto internacional de naciones.

“En esta adaptación ayudaba el carácter del Rey. Si tuviera que definirle con una palabra, diría que es la persona más intuitiva que conozco. Además cuenta con una capacidad de empatía muy relevante que le permite decir cosas que al resto de mortales no se nos permitiría. No genera animadversión ni rechazo, sino más bien confianza”, opinó. Aprovechó también su intervención para aclarar la leyenda de que S.M el Rey D. Juan Carlos y el Presidente del Gobierno José María Aznar no tenían buena relación: “Se llevaban bien a su manera”.

Miguel Ángel Moratinos quiso reconocer el legado que el Rey ha dejado, comparando la situación en la que se encontraba el país cuando subió al trono en 1975 y cuando abdicó en 2014. “Historiadores analizaran esos 40 años del reinado de Juan Carlos I y podrán comparar en términos económicos, políticos, sociales, culturales y de política exterior”, afirmó. Además, destacó su importante labor internacional en plena transición, ya que ayudó, impulsó, y facilitó que España recuperase todos los espacios necesarios para poder apuntalar su democracia incipiente.

En definitiva, para Moratinos el Rey Juan Carlos ha desempeñado con excelencia las grandes funciones de cualquier diplomacia, tanto con países vecinos como con el resto. Especial mención tuvo el viaje de Estado a París en el año 2005, donde el Rey descubrió la auténtica normalización de la relación entre España y Francia. “Se produjo ese fenómeno en que los franceses nos miraban de igual a igual y nosotros nos quitamos el complejo histórico, hipócrita e innecesario hacia nuestros vecinos del norte”, destacó el exministro.

Tan importante es la labor mediadora del Monarca que, según Moratinos, fue gracias a él y tras un almuerzo en 20     10 con Barack Obama, que empezó el proceso de normalización entre Cuba y Estados Unidos. Una influencia positiva que llega también hasta las empresas privadas, que no habrían conseguido grandes contratos en el extranjero sin su ayuda, por lo que no dudó en decir: “El IBEX 35 tendría que hacerle la ola a Su Majestad el Rey”.

Por último, José Manuel García-Margallo destacó de su etapa como Ministro de Asuntos Exteriores la aportación del Rey en su buena relación con Estados Unidos gracias a una reunión con Hillary Clinton en 2011 y en la que el Monarca intervino telefónicamente apenas 15 minutos después de comenzar.

“La reunión no empezó bien ya que Clinton planteó la posibilidad de retirar las bases de Morón y Rota, lo que hubiera cambiado la geoestrategia española. Llamó el Rey, se lo pasé a Hillary y a partir de ahí, nos hicimos muy buenos amigos y aquello funcionó”, afirmó García-Margallo. A lo que añadió: “Tuve luego la colaboración de todos los partidos para enmendar el Convenio sobre la Cooperación para la Defensa y lo que iba a ser una presencia militar estadounidense temporal pasó a ser permanente”.

La Tribuna “La Corona en la política exterior de España” se ha celebrado en el marco del Reconocimiento formal de Diálogo a S.M. el Rey D. Juan Carlos por su importante contribución para afianzar la cordial relación hoy existente entre Francia y España.

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