Defensa incrementará la lucha contra las ciberamenazas pese a los recortes, por Pedro González

Diego Carcedo, Pedro Morenés y Miguel Ángel Aguilar durante la celebración del Seminario

Artículo publicado en Zoom News el 28 de Junio de 2014 por Pedro González

– 2014 puede cerrarse con más de 10.000 ataques cibernéticos contra las infraestructuras españolas.
– Se ha doblado en apenas cinco años el número de militantes y organizaciones yihadistas preparados para cometer atentados.
– La cooperación internacional no volverá a ser como antes tras las revelaciones de Edward Snowden.

Es la principal amenaza que se cierne sobre las infraestructuras españolas, y que se materializa en la multiplicación exponencial de ataques contra los sistemas informáticos. De apenas 200 intentos de penetración y sabotaje de las redes hace cinco años, se ha pasado a los más de 10.000 en que, al ritmo actual, se calcula concluya el presente año.

La envergadura e intensidad de tales amenazas ha llevado a que el Gobierno, y en especial el Ministerio de Defensa, considere prioritaria la lucha contra las ciberamenazas, de manera que será uno de los pocos capítulos que incremente su dotación presupuestaria, material y humana, a pesar de los recortes. Así lo anunció el ministro Pedro Morenés, al clausurar el XXVI Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, celebrado en Toledo y organizado por la Asociación de Periodistas Europeos.

Morenés comparó estas nuevas amenazas con las que surgieron a principios del siglo XX con la aparición de los primeros aviones y su utilización como arma de guerra, lo que desembocó en la creación específica del Ejército del Aire hace ahora 75 años. Descartó, sin embargo, la creación de un ejército específico para combatir estas nuevas amenazas, aún cuando reconoció que la transformación y evolución en las técnicas bélicas pudieran conducir a unas Fuerzas Armadas completamente diferentes a su conformación actual.

El ministro alertó acerca de que «un apagón en el mundo ciber nos retrotraería 60 años atrás, una amenaza nada improbable aún cuando la mayoría de los ciudadanos tenga la percepción de que vive en completa seguridad; nada más lejos de la realidad».

Una lucha transversal e integrada

La lucha contra las ciberamenazas será, por lo tanto, transversal e integrada, y pieza fundamental en la misma es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), cuyo actual director, el general Félix Sanz Roldán, reconoció en el yihadismo el principal, aunque no único, factor de inquietud. Admitió que, en apenas cinco años, se ha pasado de 31 a 49 organizaciones yihadistas, y de 50.000 a 100.000 los militantes islamistas radicales dispuestos a cometer atentados. La combinación de su fanatismo de corte medieval y su destreza en el manejo de las herramientas informáticas componen una mezcla letal.

Al abordar el problema de los muchos europeos yihadistas, entre ellos ciudadanos españoles, que han combatido en Afganistán o Siria, y el temor de que a su vuelta a sus países de origen cometan atentados, el general Sanz Roldán recalcó que «el yihadista, en efecto, antes de efectuar tales atentados, ha de realizar su guerra santa, sea en Siria, Malí o Libia, una conditio sine qua non que ahora se está produciendo mucho más cerca de nuestras fronteras que en Afganistán».

El director del CNI resaltó también que «el deber de custodia de la información obtenida por sus agentes nunca ha sido conculcado, respetando escrupulosamente los derechos del investigado y especialmente el de su privacidad».

En un ámbito más amplio indicó que «los servicios de inteligencia viven en un momento de sorpresa permanente«, asegurando tener la convicción de que ninguno previó la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética, como tampoco ninguno de ellos sospechó que la autoinmolación de un vendedor ambulante de fruta en Túnez incendiaría todo el mundo árabe. Asimismo, reconoció que España carece de una «cultura de la inteligencia» semejante a la que tiene, por ejemplo, el Reino Unido, señalando que «es imprescindible lograr de los ciudadanos españoles una percepción distinta, más implicada y simbiótica».

El CNI realiza una continua transformación, conforme al principio de que hay que establecer procedimientos nuevos para afrontar situaciones nuevas. La principal de éstas es el creciente número de lugares del mundo sobre los que hay que poner el foco, habida cuenta de la expansión de las empresas españolas en un mundo global y descarnadamente competitivo.

A este respecto, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, admitió que la desaparición de fronteras en el mundo cibernético supone el que un país por sí solo no pueda enfrentarse a las amenazas de la delincuencia organizada, el terrorismo o el hacktivismo.

Cifró en 1.080 víctimas por minuto las personas que en el mundo sufren ataques de la ciberdelincuencia, cuyo impacto económico mueve ya más dinero que el narcotráfico. Fijó en 460.000 de euros/año el impacto económico que estos ataques en la red suponen para cada una de las grandes empresas, y en más de 300.000 millones de euros la repercusión global. Alertó de que casi un tercio de los dispositivos móviles (teléfonos, ordenadores, tabletas, etc.) presentan vulnerabilidades, además de estar mal configurados.

La ciberdelincuencia ha multiplicado de manera meteórica sus ataques a las terminales de puntos de venta y a los cajeros automáticos, con el black hole como herramienta fundamental para la comisión de los delitos.

Una sofisticación cada vez mayor

Respecto de lo que denominó hacktivismo (contracción de hacker y activismo), denunció también un aumento considerable de los individuos que utilizan las redes sociales para traspasar los límites de la libertad de expresión, con el fin delictivo de desprestigiar a empresas o instituciones.

En cuanto a las amenazas terroristas más graves, Francisco Martínez reveló que, de los varios millares de ataques informáticos graves registrados en lo que va de 2014, el CERN detectó 24 amenazas críticas, destinadas a sabotear servicios públicos esenciales como el abastecimiento de energía eléctrica o de agua potable. Todo ello, con una sofisticación cada vez mayor en las modalidades de las amenazas, con preponderancia actual del denominado virus dormido y latente, capaz de activarse a voluntad y de infectar en cadena, destruyendo las barreras de protección.

En el orden global, Greg Austin, del Eastwest Institute, advirtió de que, en el mundo actual y por venir, será en el ciberespacio el escenario en donde se ganarán o se perderán las guerras, y que en ese frente España está en primera línea. Apeló a la cooperación internacional, imprescindible para hacer frente a las amenazas, pero reconoció que esa cooperación ha sufrido un fortísimo revés de desconfianza a raíz de las revelaciones del ex analista de la NSA Edward Snowden, en especial las que han demostrado el espionaje intenso al que la agencia americana ha sometido a sus aliados. Nada volverá a ser como antes, por ejemplo en las relaciones entre Estados Unidos y Alemania.

De otra parte, apuntó a que Occidente se tome en serio la potencial amenaza de China y se preste especial atención tanto a la represión de los derechos humanos en su interior como a los ataques informáticos que proyecte hacia el exterior. En todo caso, concluyó en que «las principales amenazas de hoy proceden de los cibercriminales, no de los Estados».

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