Los toros, según Anciones

Por Paz Domingo

Publicado en El País el 11 de mayo de 2012

Los toros, según Ancioneses el título de la exposición que recopila más de cien dibujos taurinos del artista Onésimo Iglesias Anciones (Valladolid, 1938; Madrid, 2002). La Asociación de Periodistas Europeos y la Fundación del Diario Madrid son los organizadores de esta muestra, en la que se incluyen los apuntes que el pintor tomaba al natural en la plaza de toros de Madrid durante las ferias de San Isidro -desde 1984 hasta 2001-, publicados en este diario (EL PAÍS) junto a la crónica del festejo de Joaquín Vidal. Aguatintas, acuarelas, óleos se suceden en la magia del instante único, como la belleza de las imágenes en la memoria del aficionado. El presidente del Senado, Pío García Escudero, fue el encargado de su inauguración y este homenaje al pintor y periodista permanecerá abierto hasta el 31 de mayo.

Estos 17 maravillosos años de colaboración para Joaquín Vidal y Anciones -en la página de la Lidia, en la sección de Cultura de El PAÍS, donde uno escribía y el otro pintaba- significaron un complemento profesional extraordinario, perfecto y sincero. Fueron colosos del periodismo, entusiastas por vivir su afición y grandes amigos al que el destino unió y a los que no pudo separar el final. Joaquín Vidal moría el 10 de abril y Anciones el 29 de mayo, de aquel año de 2002.

La belleza de los movimientos en el juego estético de la lidia, la emoción de la silueta de los toreros esbozada con pinceladas sencillas, la fuerza del animal en el acometimiento, la genialidad en su trasmisión plasmada sobre las cartulinas, llegaba a la redacción a manos de un mensajero que recogía el dibujo de Anciones a la salida de la corrida, en la puerta más cercana al tendido bajo 2 de Las Ventas. Eran casi las diez de la noche, el límite del cierre de la primera edición. La página de los toros era la última en cerrar, o casi. El conserje subía a toda velocidad para entregar la ilustración al jefe de la mesa, el cual la enrollaba y la colocaba en un tubo que era succionado instantáneamente por el estrecho artilugio que nos comunicaba con los talleres, dos plantas más abajo. Luego corría al interfono y decía: ¡Va, el Anciones! No pasaba mucho rato, cuando la telefonista tecleaba a toda velocidad la crónica que Vidal dictaba telefónicamente, y se oía: ¡Van los toros! Eso significaba: ¡Hemos cerrado!

A Anciones le reconocíamos en la plaza de toros y en la redacción del periódico cuando venía a recoger la carpeta con sus dibujos que luego llevaba bajo el brazo, de la misma manera en que los pintores trasladan los maletines de las pinturas. Recuerdo admirar aquellas cartulinas de papel con alto gramaje, de tamaño parecido a una cuartilla, de un blanco roto, de bordes abiertos desgarrados cuidadosamente a mano para no romper los ángulos rectos, llenos de trazos en tramas de grises, pero resplandecientes de color, de fuerza, de talento. Los mismos que ahora se ven colocados con mimo en estas paredes. Para los que no tuvieron ocasión de conocer la genialidad artística de Anciones, tienen su oportunidad en esta exposición. Para los que sí sabemos de su maestría, es el recuerdo de aquellos maravillosos años, jóvenes, llenos de periodismo y de afición, y que nos traslada a la creatividad por excelencia.

En la necrológica publicada por EL PAÍS de Onésimo Iglesias Anciones en 2002 se decía lo siguiente, y que ahora, a modo de homenaje se recuerda: Nació en Valladolid en 1938. Fue el menor de ocho hermanos, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Valladolid y Madrid y se especializó en el ramo de Artes y Oficios. Más tarde completó su formación en la escuela de Beaux Arts de París. Fundador del Grupo Pintores Castilla 63, en 1970 obtuvo una beca de la Fundación March. Onésimo Anciones, cuya técnica es depurada y se centra sobre todo en bodegones y paisajes de la geografía castellana, expuso en Madrid en numerosas ocasiones en la galería El Coleccionista. También realizó exposiciones individuales en diferentes galerías de Europa entre ellas la Sixty one Gallery de Londres y carteles para la feria de San Isidro. En abril de 1997 participó en una exposición colectiva en Sevilla en conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Manolete. Recibió varios premios entre ellos el de la Bienal de Alejandría en 1974. Era padre de tres hijos.

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