No solo las instituciones pierden prestigio entre los ciudadanos, también los medios.

Anna Bosch en la entrega del XIX Madariaga

Anna Bosch recibe el galardón de manos de Paulino Rivero

Es un placer recibir este premio en Tenerife, en Canarias.

Esto funciona. En enero me hacen volver, en febrero me apunto a la Asociación de Periodistas Europeos y en marzo me conceden el premio. ¡Sin haber ido a ningún acto! Tendré que apuntarme a más tribus como ésta.

Muchísimas gracias por el premio. Pocas veces habrán dado un premio tan inesperado por parte de quien lo recibe como agradecido. Es un honor el premio y lo es también recibirlo junto a dos profesionales de la talla de Carlos Herrera y Carlos Yárnoz. Tengo que dar las gracias también a aquellas personas -y circunstancias- que han hecho que durante un período de tiempo yo haya podido ejercer este oficio en una ventana privilegiada.

Me produce un placer especial, aunque vaya contracorriente, que el premio tenga un vínculo con Europa y el europeísmo. Soy europeísta desde la cuna. La Unión es imperfecta. Grandes ideas que luego se llevan mal a la práctica. Y ahora le vemos -y padecemos- las grietas, pero fuera hace mucho frío.

Agradezco en el alma este premio, pero el verdadero premio para mí -y para mis colegas, creo- sería poder seguir ejerciendo este oficio durante unos años más. Algo que nadie en este gremio vemos claro. Tampoco muchos más, Secretario de Estado, Comisario, no se pasen con lo de la edad de jubilación.

Y hacerlo en unos medios de información que gozaran de la confianza del público, de los ciudadanos. Porque hay que entonar el mea culpa. No son solo las instituciones de gobierno europeas y españolas las que están perdiendo prestigio entre los ciudadanos, también lo estamos los medios de comunicación. Públicos y privados. Y si los ciudadanos han llegado a la conclusión de que no somos fuentes dignas de confianza, nosotros -periodistas y quienes nos dirigen- tendríamos que hacer autocrítica y rectificar.

En el caso de los medios públicos, el premio sería una radiotelevisión sin interferencias de los partidos políticos, que no esté a merced de cada cambio de gobierno.

Como además –desde que nos quitaron la publicidad- los ciudadanos y contribuyentes son quienes me pagan el sueldo al 100% les doy a ellos también las gracias.

Por una Europa y unos medios de información merecedores de la confianza de los ciudadanos.

Muchísimas gracias. Moltes gràcies.

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