¿Quién paga la fiesta?, por Antonio Regalado

Artículo publicado originalmente en la web de Europa en Suma el 29 de Mayo de 2019

Estados Unidos reclama a Europa que pague una mayor parte de la fiesta de la defensa común. ¿Creará el vértigo de la retirada una oportunidad para establecer una Fuerza de defensa europea compatible con la de la OTAN?

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) acaba de cumplir medio siglo. Desde su nacimiento el 4 de abril de 1949, los Estados Unidos de América han ejercido un liderazgo indiscutible. La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump con el impulso de su “America First” (América, primero), ha supuesto un cambio fundamental en la estrategia sicológica y financiera. USA exige a Europa una contribución económica mayor a la defensa de Occidente.

La Asociación de Periodistas Europeos (APE), un año más, organiza en el Parador Nacional de Toledo el XXXI Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, con la misma ambición de siempre: dar respuestas a la complejidad de un mundo global.  En esta edición,  factura un reto muy  actual: “EL VERTIGO DE LA RETIRADA AMERICANA”.

Escenario: Toledo: 11 y 12  de junio de 2019. Apertura: Presidente (en funciones) de Castilla-La Mancha, Emiliano Garcia Page. Clausura: Ministra de Defensa (en funciones), Margarita Robles.

Brazo armado de la paz

La OTAN (NATO9, –por sus siglas en inglés-, con sede en Bruselas, ha sido uno de los baluartes principales de la paz en el Viejo Continente tras la II Guerra Mundial; un pilar de disuasión durante la Guerra Fría y un elemento indispensable en la lucha contra el yihadismo en Europa, Oriente Medio, norte de África, Sahel y Afganistán. En resumen, esta institución creada en Washington, es uno de los contrafuertes que han sostenido y sostienen nuestras libertades y nuestras democracias.

El presidente norteamericano, desde el minuto uno de su mandato, ha amenazado con abandonar el Tratado si el resto de sus miembros (26) no aumentan la aportación al presupuesto común, maniobra de intimidación que ha sido recibida con preocupación por los gobiernos europeos pero, también, por los responsables de la propia Defensa estadounidense. Esa opción podría significar, en opinión de la APE que preside Diego Carcedo,  el fin de la Organización tal y como la conocemos hasta hoy, convirtiéndose en  una ofrenda para la Rusia de Putin.

 Expertos mundiales

Los panelistas deberán contestar en la ciudad imperial a preguntas como éstas: ¿hasta qué punto está Trump dispuesto a cumplir su amenaza de retirada?, ¿podría sobrevivir la OTAN sin su líder histórico?, ¿y con él?, ¿tiene alguna posibilidad de crecer sin la convicción y liderazgo de la gran potencia hegemónica estadounidense?, ¿tiene la OTAN al enemigo en casa? ¿Será considerado suficientemente el aumento del gasto militar de los países miembros?

La caída del Muro de Berlín en 1989 y el despiece de  la antigua Yugoeslavia posibilitó el ingreso en la Alianza Atlántica, de países como Polonia, Hungría y la , República Checa. La sombra de la expansión soviética planea sobre países como Ucrania y Biolorrusia marcando nuevos desafíos estratégicos, conceptuales y funcionales. Los últimos acontecimientos en Turquía, miembro potente de la OTAN, han tenido que ser contrastados y evaluados junto a las consecuencias de la guerra de Siria y el laberinto libio, trasladando las incertidumbres hasta Teherán.

Para arrojar un poco de luz sobre tanta penumbra, acuden a la capital castellano-manchega, expertos geopolíticos como Javier Solana, secretario general de la OTAN entre 1995 y 1999; Janusz Onyszkiewicz. Ministro de defensa de Polonia entre 1992 y 1993 y entre 1997 y 2000 y el general Zoltán Szenes, Jefe del Estado Mayor de Hungría entre 2003 y 2005,

Tras la pausa para el café, Petr Lunak, Jefe Adjunto en la División de Diplomacia Pública de la OTAN, el Teniente General Juan Montenegro,   representante militar de España en la OTAN y el diplomático Inocencio Arias encontrarán explicaciones sobre si tiene la OTAN alguna posibilidad de crecer sin la convicción y liderazgo de la gran potencia hegemónica estadounidense, y, a continuación,  sabremos si existen argumentos razonables para pensar que  la OTAN tiene  al enemigo en casa. Enemigo,  ¿el amigo americano?

La guerra hibrida

La globalización –apuntan los ideólogos de esta jornada sobre Seguridad y Defensa que diseña Miguel Angel Aguilar-, “había dibujado un escenario donde la cooperación era imprescindible y el futuro de las naciones pasaba por su integración en entidades o instituciones multinacionales o internacionales”. 

Ahora parece que, sea como secuela de la crisis económica o por otros factores, los países vuelven a mirar hacia el interior y a proponer soluciones nacionales y a la bilateralidad.

“Este escollo” –sostiene la APE– “podría ser el primero de los retos que la OTAN debería afrontar toda vez que el nuevo terreno de juego que supone la red y las amenazas derivadas de la denominada “guerra híbrida” aconsejan volver a una estrategia común en la que se compartan la información y los recursos en lo relativo a ciberseguridad, inteligencia o lucha contra la desinformación por citar solo algunos aspectos”.

Intervendrán en este debate, el director del CNI, general Félix Sanz Roldán, la  Directora adjunta del Instituto francés de relaciones internacionales y estratégicas (IRIS), Sylvie Matelly; el General Rafael García Hernández,  comandante del Mando Conjunto de Ciberdefensa y el  General Francisco José Dacoba,  Director del Instituto Español de Estudios Estratégicos.

 

Condenados a entenderse

Para la segunda y última jornada, la del miércoles  12, se hablará de la UE y la OTAN con el cadaver político aún  sin enterrar de Theresa May, la visita a Londres de Trump  y el resacón del Brexit con un Parlamento Europeo  más fragmentado que nunca,  donde el euroescepticismo y los populismos van ganando la carrera al sentido común. La Unión Europeoa  y la NATO están condenadas a entenderse, sobre todo,  tras la firma del Tratado de Varsovia en 2016.

Ambas instituciones, comparten miembros ya que 22 de los 27 Estados miembros de la UE lo son también de la Alianza, pero, además, comparten principios y valores y parece indispensable optimizar los recursos y compartirlos para abordar de manera conjunta los retos de seguridad a los que se enfrentan. Es evidente que hay que mejorar la cooperación,  la lucha contra las amenazas comunes; la migración,  la ciberseguridad,  las capacidades protección, los ejercicios conjuntos,  la industria de la defensa,  la investigación y la asistencia a los socios del Este y del Sur en sus esfuerzos de autoprotección.

Factura compartida

Habrá que profundizar esencialmente en cómo repartir más equitativamente el presupuesto defensivo. ¿Creará el vértigo de la retirada una oportunidad para establecer una Fuerza de defensa europea compatible con la de la OTAN? Es posible. Porque la pregunta es muy simple. ¿Quién paga la costosa fiesta de la defensa y de la seguridad tras la crisis de 2008 y la que viene? La credibilidad de la política exterior de la Unión Europea pasa también por tener un propio cuerpo de ejército operativo. La defensa como complemento a la acción política exterior. (Véase la paradoja en  Venezuela) 

La  siguiente sesión  se dedicará a explicar nuestra presencia en la OTAN y aunque el  presupuesto en defensa apenas llega al 1 % del PIB no hay que olvidar que, sin embargo, las Fuerzas Armadas españolas siguen contribuyendo a través de su participación en 16 misiones en el exterior,  con más de 3.000 militares y guardias civiles desplegados en lugares como Líbano o Irak.

En el marco de la OTAN –según datos aportados  por  Defensa- intervienen en la defensa de los países bálticos y Turquía, y asesoran a las fuerzas de seguridad en Afganistán. Además, están presentes en todas las misiones militares que la UE desarrolla en Malí, República Centroafricana, Somalia, Senegal y Gabón, así como en las operaciones que tratan de impedir el tráfico ilegal de personas frente a las costas de Libia y la piratería en el océano Índico.

La apuesta española por el multilateralismo, en un mundo con amenazas y retos interconectado, será defendida por el almirante Juan Francisco Martínez Núñez,  secretario general de Política de Defensa (SEGENPOL). La sesión de clausura correrá  a cargo,  de la ministra de Defensa (en funciones) Margarita Robles.

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