En la Asociación de Periodistas Europeos, siguiendo la estela de la manifestación celebrada en Roma el sábado 15 de marzo, nos pareció conveniente redactar un decálogo y lanzar un llamamiento a la ciudadanía para salir a defender Europa en un momento de turbulencias y amenazas. El acto central tuvo lugar el domingo 11 de mayo y consistió en una concentración en la Plaza de Callao.
Amamos a Europa, nuestra Europa, también ahora, amenazada por los ataques al orden mundial basado en reglas y por la creciente incertidumbre que gravita sobre ese proyecto nuestro de vida en común, fundado en el respeto a valores y principios universales, el Estado de derecho, el imperio de la Ley, los derechos humanos, las minorías, la igualdad de género o la solidaridad.
Cuando se multiplican los enemigos, externos e internos, del sistema europeo de integración —que nos ha dado los mejores años de paz y prosperidad vividos en nuestro continente— no podemos permanecer impasibles ni resignarnos. Era el momento de activar los deberes ciudadanos y honrar nuestro compromiso leal en defensa del proyecto europeo de vida que compartimos.
Este llamamiento convocó a celebrar el Día de Europa con una concentración en favor de nuestra querida Europa y de los valores en que se sustenta. Porque Europa se hará con sus ciudadanos o no se hará. Y porque necesitamos una Europa mejor, más unida, más solidaria, más relevante en el escenario internacional, que exporte y difunda sus libertades y principios. Porque, de lo contrario, acabará importando esclavitudes ajenas.
Así que salimos a la calle —como reclamaba el poeta— a pasearnos a cuerpo, para demostrar que luchamos por algo nuevo y valioso: la defensa de la Unión Europea.
LLAMAMIENTO POR EUROPA
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- Nunca Europa ha estado tan en riesgo en los últimos ochenta años como en la actualidad. La respuesta a esa amenaza es la Unión Europea: el proceso de integración de mayor éxito social, económico y de paz que se conoce. Un proyecto que trasciende la mera suma de los Estados que la componen, pero que hoy necesita un mayor compromiso ciudadano. Es el momento de salir a la calle y defender con coraje a Europa y su modelo.
- La legitimidad democrática de Europa es incuestionable, a pesar del interés en erosionarla que tengan otros regímenes iliberales.
- Es necesario impulsar una mayor integración de la UE, que supere los enfoques nacionales para alcanzar un mayor peso en el mundo e impedir ser avasallada.
- La causa de Ucrania es la de Europa y debemos movilizar nuestras capacidades económicas, políticas, diplomáticas e intelectuales en favor de una paz justa y duradera.
- Los valores de Europa deben ser salvaguardados, y su modelo de democracia social —basado en el Estado de Derecho, las libertades, el bienestar y la convivencia— protegido.
- La UE debe desarrollar su autonomía estratégica ampliando sus capacidades frente a quienes la desprecian y superando su dependencia de otros países.
- Europa ha de promover el multilateralismo y un orden internacional basado en reglas y en el respeto a la justicia y a los derechos humanos. Debe ser segura, capaz de valerse por sí misma frente a agresiones externas y de impulsar los avances científicos y técnicos propios al servicio de la ciudadanía.
- Es preciso generar un sentido de pertenencia europeo desde la educación y la pedagogía permanente, para pasar de saberse europeo a sentirse europeo.
- La UE ha de ser capaz de integrar a diferentes generaciones, superar la visión polarizada e implicar a una juventud nacida europea que necesita emociones y valores con los que identificarse.
- Somos Europa. Defendamos a las personas y su diversidad frente a todo tipo de intolerancias y violencias.
Estas son algunas de las razones por las que vemos necesario hacer un llamamiento a las organizaciones de la sociedad civil y a toda la ciudadanía para movilizarse frente a los riesgos que se ciernen sobre la UE y nuestras democracias y reclamar que se acelere la construcción política de Europa, es decir, más Europa y lo que esta representa de avance civilizatorio.