Como ha escrito Toni Aira en Mitólogos, vivimos una época de individuos que han mutado en medios de comunicación de sí mismos, creando canales temáticos sobre su vida o, más precisamente, sobre una interpretación de lo que desean ser a ojos de los demás porque esse est percipi, “ser es ser percibido” y como sostiene Milan Kundera de Homo sapiens hemos derivado en Homo sentimentalis lo que ha llevado a la infantilización de la humanidad que sólo atiende a los dibujos animados que tienen al alcance de su vista en las pantallas. Como señalaba un buen amigo periodista estamos apantallados. Hemos desertado de observar las realidades que tenemos ante nuestros ojos y preferimos privilegiar las imágenes virtuales que las amplían. Estamos sentados a la mesa con el protagonista de la jornada pero preferimos atender al video donde compendian su vida con ocasión del premio que le han concedido.
Publicidad institucional
Desde siempre, el poder político ha tenido la tentación de incentivar la docilidad de los idóneos y desalentar a los disidentes carentes de afinidad, faltos de calor en el elogio a quienes se discrimina respecto a la concesión de ayudas o subvenciones directas en ocasiones en una fórmula como la de la publicidad institucional manejada como una nueva versión del palo y la zanahoria. A partir de ahí surge la cuestión de si las subvenciones, o la conveniencia de hacer méritos para merecer su asignación pudiera condicionar los pronunciamientos y las líneas editoriales de los medios informativos. Habida cuenta de que el estado de precariedad en que se encuentran los medios informativos y los periodistas es la pendiente por la que se deslizan hacia la docilidad y la sumisión, entonando el Discurso de la servidumbre voluntaria de Étienne de la Boétie según el cual “por las ganancias y los favores que se reciben de los tiranos, se llega al punto que resulten casi tan numerosos los hombres a los cuales les aprovecha la tiranía, como los hombres que desean la libertad”.
Manipulación en Televisión Española
Para debatir sobre la libertad de prensa, sobre cuál sea la definición de periodista, sobre quien debe tener la facultad de establecerla, sobre a quien corresponde aplicarla aceptando o acreditando a unos y rechazando o desacreditando a otros, se ha celebrado en la sede de la Fundación del Diario Madrid la XII Jornada Nacional de Periodismo promovida por la Asociación de Periodistas Europeos en la que han intervenido primeras figuras de la profesión moderadas en la primera sesión por Rafa Latorre y en la segunda por Pilar Velasco. Hubo bastante coincidencia en los problemas que plantea la definición del periodista, definición sobre la que no hay consenso. Porque además quienes consideran que periodista es aquel que tiene ese oficio como dedicación principal retribuida, sin excluir de esa condición a los que estén recibiendo simultáneamente otros ingresos complementarios de procedencia claramente indebida por su abierta contradicción con los deberes y obligaciones que les son propias incurren en grave error. Luego se trató de la imposibilidad de manipular sin manipuladores. De modo que la manipulación de Televisión Española no puede atribuirse en exclusiva al director general o al director de informativos, sino que precisa de otros muchos cooperantes. Continuará.




