Libertad amenazada

Discurso de Diego Carcedo, Presidente de la Asociación de Periodistas Europeos, en la entrega del XXVII Premio de Periodismo "Francisco Cerecedo".

Altezas,

Muchas gracias ante todo por su compañía un año más en esta velada en la que la Asociación de Periodistas Europeos quiere rendir homenaje al buen periodismo; al ejercicio ejemplar de nuestro trabajo que no es otro, por mucho que haya quien intenta buscarle otras interpretaciones, que proporcionarle a la sociedad el servicio imprescindible de una información rigurosa de cuanto acontece.

Consideramos una suerte que este año, en que el Premio Francisco Cerecedo cumple su vigésimo séptima edición, su entrega coincida en las fechas en que celebramos el doscientos aniversario de la aprobación por las Cortes Generales de la Ley de Libertad de Imprenta; una Ley que permitió que en nuestro país naciera la prensa libre que tras muchos avatares es hoy, por fin, un derecho indiscutido del que los españoles podemos enorgullecernos.

La premiada este año con el Francisco Cerecedo es una periodista joven, Pepa Bueno, cuyo trabajo en la dirección y presentación del principal informativo de Televisión Española nos está proporcionando a diario un ejemplo del buen hacer profesional, y por encima incluso de ese ejemplo una aportación muy valiosa a esa información bien valorada, bien seleccionada y bien contada que tan importante se vuelve para una sociedad libre y democrática.

Pepa Bueno es la primera profesional de la información audiovisual que logra el Premio. Su nombre se incorpora desde esta noche a esa lista de excepcionales periodistas, españoles y extranjeros, que recibieron el premio en ediciones anteriores.. Su categoría profesional, la de todos y hoy particularmente la de Pepa Bueno, constituyen el mejor homenaje a nuestro inolvidable “Cuco” Cerecedo.

Francisco Cerecedo, quien a su prematura desaparición nos dejó un legado de magistral periodismo, ejercido en tiempos doblemente difíciles, mantiene un recuerdo imborrable que el Premio que lleva su nombre seguirá perpetuando. Tanto su brillantez como la de todos los premiados, hoy con Pepa Bueno al frente es motivo de satisfacción para cuantos queremos vernos reflejados en su ejemplo y maestría. Enhorabuena Pepa y ánimo porque tu carrera profesional estoy seguro de que no ha hecho más que comenzar. Pero, lamentablemente no todo en estos momentos es motivo de alegría para nuestra profesión.

A los problemas que la crisis económica que estamos sufriendo ha creado tanto a las empresas de comunicación como a los profesionales, el ejercicio del periodismo en libertad enfrenta otros que no por nuevos dejan de crear sorpresa y preocupación. Doscientos años después de nuestra libertad de imprenta, muy cerca de Cádiz, donde se redactó aquella Ley de Libertad, todavía es imposible acercarse para contar lo que está ocurriendo.

Las limitaciones que el Gobierno de Marruecos pone a la prensa, y particularmente a la española, para informar sobre los graves incidentes del Sahara no son imaginables en un país tan próximo a Europa, tan firmemente relacionado con la Unión Europea ni tan decidido, como sus autoridades afirmaban, a implantar la democracia y la libertad. Pero no es sólo en Marruecos donde la libertad de prensa tropieza con tantos riesgos y dificultades.

Hace unas semanas, y es sólo otro ejemplo, en el Congreso internacional que nuestra Asociación celebró en la ciudad de Urdu, en Turquía, se materializó la denuncia, con todo lujo de nombres y detalles, de que cerca de medio centenar de periodistas turcos están en prisión. En su mayor parte, además, sin un proceso judicial abierto ni mucho menos su causa vista por un juez. Turquía es sobre el papel una democracia que aspira, a incorporarse pronto como miembro a la Unión Europea.

La libertad de prensa, resumo, tropieza con obstáculos en muchos países de los cinco continentes y en bastantes lugares los periodistas que se esfuerzan por ejercerla enfrentan serios riesgos para sus vidas. Rusia, Méjico, Colombia… en fin, son nombres de países donde decenas de colegas han pagado estos últimos meses con su vida la voluntad de ejercer con dignidad y responsabilidad su trabajo. Es triste recordarlo y especialmente en momentos como estos en que nos une la alegría por el éxito de Pepa Bueno y la memoria de Francisco Cerecedo.

Para todos ellos, nuestro emocionado recuerdo y nuestra solidaridad con sus familiares, compañeros y medios. La Asociación de Periodistas Europeos, tanto su Sección Española como en su dimensión internacional seguirá trabajando para que el periodismo supere las dificultades y cada día pueda responder mejor a las exigencias que en su servicio tienen puestas las sociedades democráticas.

Termino con nuestro reconocimiento al patrocinador del Premio, el Banco Bilbao Vizcaya y a su presidente, don Francisco González, que no ha podido acompañarnos en esta ocasión pero muy bien representado por el consejero delegado, señor Cano: Gracias.

Y, por último, reitero nuestro agradecimiento a todos por su compañía, que tanto nos estimula, y de manera muy especial a sus altezas los Príncipes de Asturias, don Felipe, nuestro presidente de Honor, y doña Letizia, cuya presencia una vez más, tanto contribuye a prestigiar el Premio Francisco Cerecedo, al reconocimiento de los méritos de los premiados y a estimularnos a todos a seguir cumpliendo con nuestra obligación.

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