Un replanteamiento de las Cumbres Iberoamericanas, por José Oneto

José Oneto durante la celebración del foro "Despertares y desencantos"

Artículo publicado en Republica el 17 de Octubre de 2013.

Con notables ausencias, como las de los Presidentes de Venezuela, Ecuador, Argentina, Cuba, Nicaragua, Uruguay, Guatemala, Chile y Brasil y sobre todo, del Jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, el alma de las Cumbres Iberoamericanos, que se recupera de su última operación de cadera, se reúne este fin de semana en la Ciudad de Panamá, la Cumbre de países latinoamericanos que tienen desde el año pasado, como principal objetivo, encontrar un nuevo camino de modernización y puesta al día, de estas reuniones anuales, en una nueva coyuntura en la que parecen haber llegado a su fin esos años dorados del Continente, con un crecimiento espectacular, debido sobre todo, al aumento de los precios de las materias primas.

Y eso, con la aparición, además, de protestas sociales en varios países de la región, según se ha puesto de manifiesto en el Foro Eurolatinoamericano de Comunicación, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos y la Fundación de Periodismo iberoamericano que preside García Márquez, que se ha reunido previamente a la Cumbre, y que se ha ocupado ampliamente de esos nuevos fenómenos de protestas, protagonizados por clases medias emergentes insatisfechas con el ineficiente funcionamiento del Estado, de las administraciones públicas y de deslegitimación de los partidos y de la clase política dirigente y que han salido a las calles a protestar, no por la crisis económica, sino por los servicios que creen que merecen recibir por los impuestos que pagan.

La gran paradoja de estos movimientos de protesta reside, por lo tanto, en que se dan en países exitosos económicamente, que han crecido notablemente en los últimos años, y cuyas sociedades se han modernizado, aunque no seguirán creciendo al ritmo actual. El mes pasado, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó al 2,7% las previsiones de crecimiento de la región para 2013, la cifra más baja, desde la caída de Lehman Brothers en 2008.

Por eso, los catorce Jefes de Estado y de Gobierno (la delegación española no la preside el príncipe Felipe, sino el presidente del Gobierno Mariano Rajoy) que se reúne este fin de semana, son conscientes de que el continente se encuentra en una auténtica encrucijada. El precio de las materias primas y los flujos de capital siguen siendo elevados, pero el problema es que ya no aumentan. Mientras si lo hacen las fortunas de muchos líderes, al tiempo que la región, igual que en los países que están sufriendo las consecuencias de la crisis, aumenta la desconfianza hacia los políticos, y hacia la clase política en general.

Durante los últimos 10 años ha sido el “boom” de las materias primas, según la tesis en la que insistía hace unos, días Financial Times, la que aupó a los líderes actuales y un alto crecimiento les permitió gastar más en programas sociales: millones de personas pasaron a formar parte de la “nueva clase media”, y devolvieron a los líderes al poder. Pero, mientras que este crecimiento ayudó a todos los que ocupaban el poder, no siempre sirvió a la democracia.

Por parte española el Presidente del Gobierno aprovechará la Cumbre para vender la salida de España de la recesión económica, algo que viene vendiendo en todos los Foros Internacionales, y el inicio de la recuperación económica con un mensaje especial para Latinoamérica, que ha servido a numerosas empresas españolas para salir de la crisis, para exportar, para internacionalizarse y para colocar sus productos en nuevos mercados emergentes. Para muchas empresas, Iberoamérica ha sido la solución… y a medio plazo continuará siéndolo.

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